Tuyo para siempre (relato)

He soñado que te marchabas mi amor, y me dejabas aquí, sola, por toda la eternidad.
Ahora, que por fin podíamos estar juntos…
¡Te has marchado! No ha sido un sueño…
Intento llorar, pero no puedo… no me quedan lágrimas. ¡Porqué me dejas sola!
He soñado que ya no me amabas y estuve a punto de caer, pero regresaste. Estabas ahí.
No te habías marchado. No estaba sola, tú estabas conmigo…
- Amor, sabes que nunca te dejaré. Siempre estaré contigo.
- Devon ¿me quieres?
- Luna, amor mío, no te quiero, te amo con todo mi corazón ¿y tú? ¿me quieres?
- Te, te amo con toda mi alma.
- Entonces olvida todo lo demás, nos amamos y eso es lo más importante.
- Sí. Lo es.
Nos abrazamos fuertemente, como si fuera nuestro último abrazo. Devon me besó como nunca, como si fuese la última vez.
Cuando abrí los ojos no estabas, te habías marchado.
Te busqué pero no te encontré. Sólo encontré una nota. En ella decía.
“Lo siento. Te amo tanto que he de hacerlo. Quizá no regrese, pero sólo quiero que sepas que he sido feliz a tu lado. Te amo. Tuyo para siempre. Devon.”
Desperté asustada, esa nota era una despedida, para siempre.
Me volví a buscar tus brazos y poder dormir, pero no estabas. Entonces volví a la cruda realidad.
Era cierto. Tú no estabas. Me habías dejado sola.
Mi hermano lo había conseguido, como cazador, mató al vampiro que yo más amaba. Devon se dejó matar.
No luchó.
Decidió hacerlo, mi hermano me mataría si no me alejaba de Devon. Lo han hecho por mí…
Sin él… no quiero vivir…


“Querido hermano, si encuentras esta nota, has de saber que estoy muerta por tu culpa. Me alejasta de mi vida y ahora pesará sobre ti mi muerte.
Nos veremos en otra vida y te mataré. Así estaremos en paz”