Título: El chico
perfecto no sabe bailar el twist.
Autora: Bea
Magaña.
Editorial: Amazon.
Segovia, año 96. Tres años después de haber terminado el
instituto, Carla y Caterina se niegan a dejar morir su amistad, a pesar de que
parece que ya no tienen nada en común. Carla se ha convertido en toda una mujer, estudia Derecho en el colegio universitario, sale con un chico maravilloso y se siente feliz por haber recuperado a su mejor amiga. Caterina trabaja en el taller mecánico de su tío, sale los fines de semana con un grupo de chicos entre los que se cuenta como uno más y afirma no necesitar un novio para sentirse feliz.
Pero no todo es lo que parece. Detrás del amor profundo y sincero de Carla se oculta un sentimiento egoísta, la vanidad de una mujer insegura, una necesidad obsesiva de ser admirada y envidiada y la codicia de quien ha conseguido el tesoro que todo el mundo anhela y muy pocos encuentran. Mientras que detrás de esa máscara de chica dura, debajo de las ropas de camionero y de las manchas de aceite de motores, se esconde una Caterina hermosa y romántica que valora los sentimientos por encima de todo y que sueña con encontrar un gran amor, tal como hacía cuando era una adolescente
Y un día descubre que su chico perfecto existe en el mundo real... Y que se encuentra a tan solo una amiga de distancia.
Como la reseña ya es de por sí larga, creo que no voy a poner ninguna más o se nos recarga el asunto.
Voy
a reconocer que a Bea la conozco de antes de la lectura, ya no solo porque
compartamos amor monthy phantiano, sino también porque siempre se ofrece como
lectora 0 y correctora de autores noveles como yo. Y digo esto, porque una de
las cosas que más resaltan en la novela desde el inicio es su pulido y su
corrección, algo que siempre se agradece.
La
historia que nos ocupa comienza centrándose en Carla y Caterina, dos amigas muy
dispares, pero que tratan de mantenerse unidas al ser las únicas que quedan de
la pandilla. La verdad es que las partes referidas a las dos y a sus intentos
de comprenderse me gustaron mucho más que la parte más romántica, porque dada
la edad y la necesidad que todas tenemos de ese grupo de amigas y de sentirnos
entre iguales (y que se trata menos de lo que me gustaría en los libros
juveniles), pues me sentí muy identificada. Momento de la trama que no acaba de
resolverse y que queda más abierto, más en favor de las parejas. Ojo, que haya
dicho que me hayan gustado más las partes de amistad, no quita para que no
disfrutara, es más, las parejas son realistas y acaban por hacerte sentirte
parte de la historia obligándote a tomar
partido, incluso a seguir queriendo a los personajes aunque sabes a ciencia cierta
que están haciendo mal. Punto para Bea por esa facilidad para poder
identificarse con los personajes.
Sobre
la trama, hay que reconocer que no es compleja, pero en este caso, no se echa
de menos. La historia engancha, te hace sentirte identificado (sobre todo si
has rondado las edades de las protagonistas) y cumple las expectativas.
Así
que es una historia recomendada no solo a los y las fans del romántico, sino a
los del juvenil que añoran las historias de amistad y quieren algo más del
género. Sin duda alguna, es un precioso debut y espero que Bea siga por este
camino.







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