Algo me perseguía. No lo veía, pero lo sentía.
Corrí todo lo que pude, sin saber cómo, aparecí en el cementerio, aquel que tanto pánico me daba. Ahora corría a través de las tumbas.
Hacía viento y la luna se había escondido entre las nubes.
Estaba muy asustada. Oí un ruido cerca de mí. Grité con todas mis fuerzas, pero ¿quién me oiría con esta tormenta? Nadie.
Un rayo iluminó el cementerio. Entonces le vi. Estaba frente a mí. Volví a gritar y él sonrió. Gracias a otro rayo pude ver sus colmillos. Desde que le conocí sabía que se moría por beber mi sangre, pero hasta ahora nunca me había atacado.
Me lo advirtieron, me dijeron que no debía de salir con él, pero le utilicé, me reí de él y me avisó, me dijo que acabaría conmigo por haberme reído de él y yo no le creí.
Corrí nuevamente. Encontré un mausoleo, creí que era un buen escondite, pero una vez dentro, me arrepentí. Cerré la puerta por dentro, pero no se cómo, él ya estaba allí, detrás de mi. Se acercaba.
Retrocedí, hasta chocar choqué contra la pared. Frente a mi, él parecía mayor, sus colmillos me daban miedo. Estaba aterrada.
Nuevamente sonrió. Me acarició la mejilla y sin yo poderlo evitar me besó.
Su beso fue dulce, poco a poco deslizó sus labios por mi cuello, me gustaba, hasta que lo sentí.
Sentí sus colmillos en mi cuello, sentí un dolor muy fuerte. Sentía como mi sangre se escapaba de mi cuerpo. Él estaba disfrutando con todo ello. Yo le hice daño a él y él me lo estaba haciendo a mí.
Lo había conseguido. Dijo que acabaría conmigo y ahora lo estaba consiguiendo…
Segundo tras segundo estaba llegando… llegando la hora de mi muerte…
Si juegas con fuego, acabas quemandote...jijiji. Adoro los vampiros!besos
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